POR PERFECTO ROSARIO
El falso militar condenado es Aquilino
Peralta Luperón de 39 años, residente en la calle Hermanas Mirabal, número 26,
de San José del Puerto, Villa Altagracia. El mismo al momento de la detención
por parte de oficiales del Ejército, andaba en compañía de la señora Lucila
Guzmán de 41 años, a la que identificó como su esposa, la que fue investigada
por la Policía con relación al caso.
De acuerdo al dictamen emitido por la
magistrada Gómez Sánchez, el inculpado Peralta Luperon violó los artículos 147,
258, y 259 del Código Penal Dominicano y, 2 y 39-111 de la Ley 36, en perjuicio
del Estado Dominicano. Para cumplir la pena impuesta fue enviado a la cárcel
pública de la Fortaleza La Concepción de esta ciudad.
En tanto que el Tribunal ordeno que el
Ministerio Publico quede bajo la custodia
de la ropa tipo chamaco o camuflaje militar, el vehículo, tres carnes
falsos con rangos de mayor del Ejército,
de capitán de la misma institución y otro de oficial de la Policía Municipal.
Como fiscal adjunto actuó el licenciado Juan Carlos Pichardo y como abogado del
acusado la defensora pública Ana Leticia Mateo
Al ser cuestionado por periodistas,
Peralta Luperón, en la comandancia local de la Policía , donde fue
conducido por los efectivos militares, admitió haber cometido la usurpación,
pero que lo hizo desde hacia dos semanas, ¨porque uniformado se granjeaba el
respeto de la gente¨, y que además, le servía como recurso ¨para recibir los
encantos sexuales de mujeres¨, a las que conquistaba.¨
Se informó, que al ¨militar¨, se le
ocupó la yipeta marca Honda CR-V, color blanco, modelo 2003, placa número
G-238899, la que al ser depurada en los archivos del Plan Piloto, en Santo
Domingo, figura robada a la manera de descuido a la señora Yoraldy Cristian
Mercedes Medina en marzo de este año. El detenido dijo, que la ropa militar en
insignia de mayor del Ejército las compró por 3 mil pesos, en una armería en la
capital, y que la pistola, se la facilitó un coronel, al que no identificó.
Relató, haber sido sargento del
Ejército Nacional y que fue cancelado en el año 2001, por desobediencia a sus
superiores. Al momento de ser llevado uniformado a la comandancia de Policía,
los agentes de menor rango hasta el
saludo de rigor le hicieron, al notar la presencia de un oficial superior en el
recinto.
Se supo, que el individuo fue
descubierto por los militares, porque la gorra que portaba, junto a la insignia
de mayor u oficial superior, carecía de los ramos que lo debía caracterizar
como tal, situación que despertó sospecha entre los oficiales, y se le pidió
que se identificara, dando como resultado que los documentos eran falsos, el
cual no supo explicar al departamento y recinto militar, para el que prestaría
servicio.
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