sábado, 17 de marzo de 2012

EL EFECTO DEVASTADOR DE GALLUP EN LOS PERREDEÍSTAS.


POR ROBERTO RODRIGUEZ MARCHENA
Gallup es la encuesta en la que creen los perredeístas y a dos meses de las elecciones sentenció que están perdidos.
 El titular de este lunes del diario Hoy no pudo ser más devastador para el ánimo de los perredeístas y su candidato. "Gallup me apagó el jacho compañero", se oyó decir a más de uno, mientras el Comité Político Mediático pepehachista -reunido de urgencia- reclamó cambiar de estrategia. Convencidos de que Hipólito es el peor candidato que pudo haber llevado el PRD y que los mismos viejos dirigentes que tantas veces han sido incapaces de conducirlos a la victoria se han adueñado del escenario y desplazado a miles de militantes y dirigentes que animaron aquel intento de construir un Nuevo PRD, cientos de perredeístas –como el alcalde de Jamao y dirigentes juveniles– se han juramentado esta semana en el PLD y jurado trabajar para convertir a Danilo en el próximo presidente de la República. 

Ayer en la mañana, otra empresa encuestadora, la Insight, hizo pública la que en los hechos es la octava medición confiable y creíble en 70 días que no sólo confirma que Danilo está arriba, sino que además ensancha su ventaja sobre Hipólito en relación al mes de febrero.
La medición de Insight se hizo entre el 5 y el 9 de marzo y arrojó los siguientes resultados: Danilo, 49.8%; Hipólito, 41.9%, una diferencia de 7.9%. 8 puntos, redondeando. Enterado de estas revelaciones de Insight y a pesar de encontrarse en Panamá visitando al presidente de ese país Ricardo Martinelli, Danilo aseguró que a partir de ahora ni con binoculares Hiipólito alcanzará a verlo.

HATUEY: UN GOLPE DE EFECTO FALLIDO.
Hipólito desempolvó a Hatuey para tratar de producir un golpe de efecto, pero tan pronto lo trajo y Hatuey comenzó a ejercer de capataz en el PRD, las cosas han ido a peor para el candidato del PPH. Lo primero que hizo fue desmentir públicamente que su nuevo jefe político estuviera arriba en las encuestas. Días después, el también presidente del PRSD, se apersonó a la Cámara de Diputados pretendiendo disciplinar a los diputados de Miguel Vargas y éstos se rebelaron acusándole de irrespeto institucional.  Pronto, muy pronto, quedó evidenciado que procurarse a la carrera beneficios políticos propios al amparo de la precariedad y dificultad pepehachista no era del agrado de su nuevo patrón político. Y mandado a callar. Por eso y desde entonces, Hatuey no ha vuelto a hablar. Si antes los perredeístas estaban fragmentados y alitraneados, ahora, desde la llegada de Hatuey, lo están más.

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